Por Gloria Alvarado Jorquera, Candidata a Constituyente Lista Corrientes Independientes, Distrito 16.
Es sabido que estamos ante un escenario de crisis hídrica en el mundo y de una emergencia climática también en Chile, producto del cambio climático y por el mal uso que damos al agua y a las fuentes de agua.
Si bien nuestro país no aparece en el Informe del Índice de Riesgo Climático Global 2021, por no estar en el primero de los números de riesgo, tiene zonas críticas de escasez hídrica, tales como La Ligua en la Región de Valparaíso, que se abastecen sólo con camiones aljibe, Padre las Casas en la Araucanía, zona del sur impensada que tuviera crisis hídrica. A las que se suman Petorca, Combarbalá, Temuco, además de otras, estas son las más grandes.
A nivel mundial se estima que un tercio de la población mundial (2.200 millones de personas) viven con escasez de agua hoy, y se calcula que para el año 2050 más de la mitad del planeta estará expuesto a situaciones de estrés hídrico, escenario que aumentará el riesgo como también la pobreza y las enfermedades asociadas como la diarrea.
Hay una preocupación de muchas personas y organizaciones de la Sociedad Civil en el mundo por esta situación. De hecho, Naciones Unidas puso en marcha una campaña en redes sociales con el objetivo de generar conversación, recopilar comentarios de personas de todo el mundo sobre el agua y lo que significa el agua para ellos. El objetivo de la campaña es comprender cómo la gente valora el agua, ya sea de forma económica, social, cultural u otra, y qué papel juega en sus vidas. Wather2me “Qué es el agua para mí”, ese es el lema. Pregunta que todos debiéramos responder en reflexión.
Creo que muchas personas aún no toman conciencia de la crisis hídrica y de la emergencia climática, ello puede deberse a varias razones, entre ellas: la poca información respecto del tema (pues mientras nos salga agua en la llave no habrá preocupación), el modelo neoliberal que sólo nos incita a “vivir para trabajar” y no mirar a nuestro alrededor. Y qué decir del gran consumidor de productos de exportación, que invisibiliza esta problemática.
En cuanto al bajo porcentaje de agua dulce que hay disponible en el mundo, esta se distribuye en forma irregular, Chile no es la excepción. Además de existir una discutible gestión del agua en nuestro país y una precaria gobernanza.
Definitivamente debemos cambiar esta perspectiva, el agua si bien es un recurso renovable, no es infinito, tiene que tener capacidad de recuperación propia. El ser humano puede ocupar lo necesario, pero no extractivizarlo al punto de desaparecerlo.
Es ahí donde debemos detenernos y reflexionar, el agua tiene diferentes valores a los que debemos poner cuidado; valor para la vida humana, para la mantención y evolución de los ecosistemas y biodiversidad, tiene una función social y ambiental. Tiene una función económica, mientras se utilice con racionalidad y donde se pueda asegurar su recuperación.
Los grandes consumidores deben, por una cuestión de responsabilidad social empresarial, detenerse y ser conscientes del gran daño a los ecosistemas que están provocando, ser empáticos con las personas que comparten sus mismos territorios y que incluso los han habitado antes que ellos. Sin agua no hay posibilidades de desarrollo. El agua es el elemento más importante para los seres vivos y la biósfera. Sin agua no hay casa, no hay familia. Es un bien para la seguridad del Estado.
En este sentido, considero que el Estado debe dejar de ser un mero espectador de lo que ocurre entre privados, debe tener una participación activa en la protección del agua y su uso sustentable.
Es fundamental proteger las fuentes de agua, los glaciares, los ríos, los acuíferos, ecosistemas, los cursos de agua, proteger la naturaleza y sus ciclos vivos, asignándole Derechos.
Finalmente creo que es necesario educar, promover conciencia social sobre el valor propio e intrínseco del agua y su papel en la vida misma.
Hoy en la Nueva Constitución que debe ser ecológica, tenemos la oportunidad para que, desde el punto legal, el agua sea consagrado como un bien común protegido, un bien nacional de uso público y de soberanía nacional, un bien que debe ser garantizado y priorizado por el Estado de Chile, para consumo humano y los ecosistemas. Un bien inapropiable e inembargable. Chile firmó la declaración del Derecho Humano año 2010, es hora debe hacerlo efectivo.
“Sin los elementos naturales como el agua la vida no es posible”.
Fuente: Comunicado de prensa.