La Escuela de Ciruelos vive en carne propia las consecuencias del aumento vertiginoso de la población en Pichilemu, lo que ha provocado un amargo inicio escolar el viernes 03 de marzo. Los apoderados acudieron a dejar a sus hijos e hijas a su primer día de clases, donde comprobaron la falta de infraestructura para poder atender a una matrícula de aproximadamente cien niños y niñas del sector.
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