En el sector rural de La Aguada, Eduardo Vargas Córdova impulsa Los Canelos de la Aguada, un proyecto dedicado a la conservación de la flora nativa, con especial énfasis en el canelo, árbol nativo de Chile y que también está presente en Pichilemu, pero que enfrenta el desafío de ser desplazado por especies introducidas. Esta iniciativa busca crear un bosque nativo que, en el futuro, se convierta en un parque abierto al público, ofreciendo un espacio para la educación ambiental y la conexión con la naturaleza.
Además de la reforestación, Eduardo Vargas se enfoca en la venta de tierra compostada y participa activamente en intercambios de semillas nativas. Estas acciones buscan fomentar prácticas sostenibles y apoyar el cultivo de especies locales, contribuyendo a la preservación de la biodiversidad y al fortalecimiento de la comunidad.
Conoce más de esta iniciativa en nuestra nota de Opinión Ciudadana: