La Escuela Laura Matus de Doñihue ya inauguró el primer mural participativo, en un evento lleno de júbilo y entusiasmo que se colmó con toda la comunidad escolar y líderes de la localidad. Entre tanto, el mural para la Escuela Antonio de Zúñiga de Peumo se encuentra en pleno desarrollo y avanzando junto a muralistas y estudiantes de esta institución.
Estas actividades de muralismo participativo impulsadas por el Proyecto URO 2193 “Red Cultural y Científica para la Región de O’Higgins”, buscan promover en conjunto con la participación de las propias comunidades, valores patrimoniales y culturales con pertinencia territorial que perduren en el tiempo a través de una obra artística que revitalice el espacio público.
Así lo dio a conocer la coordinadora ejecutiva de este proyecto, Jasna Ivusic, al mencionar que las intervenciones de muros participativos, comienzan con un trabajo previo con las comunidades escolares, con sesiones de trabajo donde se escuchan sus demandas y anhelos para definir el diseño de lo que se quiere mostrar en el mural: trayectoria y espíritu de cada escuela, la historia de la localidad, sus tradiciones y sus emblemas patrimoniales. “De manera que con esto se genera un vínculo entre las comunidades y sus propios territorios al retratar la identidad histórica, cultural y patrimonial de las localidades”, destacó la profesional.
Ivusic mencionó que este programa de intervención participativa ejecutado por la Universidad de O’Higgins (UOH), forma parte de la labor que viene haciendo el Proyecto URO 2193, junto a su Red de Muralismo y Arte Público desde el año 2022, y que busca consolidarse en este 2023 interviniendo un total de seis murales escolares en diferentes localidades con respetados muralistas regionales y desde esa misma perspectiva colaborativa con las comunidades.
Esbozos con vivencias
Por ejemplo, los dos muralistas a cargo de la intervención en la Escuela Laura Matus de Doñihue, Miguel Chacoff y Adolfo Pérez, mencionaron que los bosquejos previamente definidos respondieron al espíritu de la comunidad, su entorno y la significación histórica de una escuela de 146 años de fundada. Para ambos muralistas, el resultado final generó una conexión identitaria con el territorio, marcado por líneas de campanas escolares y por las insignias más representativas implementadas en distintas épocas.
De igual modo, este mural también recrea con beneplácito la figura del inmigrante como parte de la apertura y la interculturalidad chilena. Pues, en palabras de la directora de esta escuela Tamara Sazo, el mural se elaboró en respeto a todas las personas que se albergaron en esta escuela producto de las recientes lluvias, en su mayoría inmigrantes “que han hecho de estos espacios su hogar, por lo tanto, también forman parte de la historia de Doñihue”, manifestó la directora entendiendo esta experiencia como un aprendizaje relevante y de crecimiento.
Líneas del tiempo
Entre tanto, a 35 kilómetros de distancia y más hacia el centro de la región, los muralistas de la Escuela Antonio de Zúñiga de Peumo, ex estudiantes de este plantel, retratan una línea del tiempo que esbozará detalles técnicos que han caracterizado a la escuela desde sus inicios, sus lemas y parte del himno, a manera de ofrecer la bienvenida a los niños y niñas con un diseño de cuaderno antiguo y abierto como tema central. Los peuminos asumieron la responsabilidad de trazar sus propias vivencias escolares y mezclarlas con el sentir de la comunidad actual, señaladas por los cambios dados a través de los años.